Objetivo: Facilitar un ambiente de interiorización y reflexión que ayude a estar plenamente presente en cada instante, comunicarse desde la propia originalidad y cooperar para elaborar junto a otros nuevos conocimientos y actitudes.
El árbol
Había una vez un árbol muy grande que vivía solitario en medio de una pradera. Tenía muy mal genio y no se llevaba bien con casi nadie. Le gustaba estar siempre muy elegante y distinguido. Un día llegó un pájaro carpintero para hacer un hueco en su tronco y poner su nido. El árbol, al ver que estaban haciéndole un horrible agujero, se puso furioso y le dijo que se marchara inmediatamente. El pobre pájaro le pidió perdón y se marchó. Pero el árbol era muy rencoroso y nunca perdonaba a nadie.
Más tarde llegó una bandada de gorriones que se posó en sus ramas para descansar. Entonces, el árbol, al ver que estaban despeinándole aquellos pajarracos, se puso hecho una fiera y comenzó a mover sus ramas para que se fueran de allí. Los gorriones le pidieron perdón por haberle molestado y se fueron volando.
Poco después llegó un alegre grupo de abejas para recolectar el néctar de las flores del árbol. Y éste, al verlas corretear por dentro de sus flores quedó horrorizado. No soportaba ver aquellos bichos. Así que las obligo a irse de allí. Ellas le pidieron perdón, pero él ni les contestó. No había duda de que el árbol estaba teniendo un mal día.
Sin embargo lo peor aún quedaba por venir. Al mediodía vio que dos leñadores se acercaban a él llevando sus grandes hachas al hombro. El árbol quedó espantado. No tenía escapatoria.
Había llegado su hora. Comenzó a llorar como un niño y a suplicar perdón a los leñadores. Sus gritos de clemencia se escucharon por toda la pradera.
Y cuando los leñadores ya estaban a punto para darle el primer hachazo de repente, un grupo de abejas les envolvió amenazando con picarles Ellos tiraron sus hachas al suelo y salieron corriendo a refugiarse en su tienda de campaña. Entonces un pájaro carpintero, con su afilado pico, rompió los mangos de las hachas. Y una enorme bandada de gorriones se lanzó sobre la tienda de los leñadores y se la llevaron volando por aires.
A los leñadores se les quitaron las ganas de cortar árboles y nunca volvieron por allí El árbol se había salvado. Pero quedó muy avergonzado al ver que le habían ayudado los que él había tratado tan mal. Por primera vez en su vida les pidió perdón por todo, y desde aquel momento, se convirtió en la casa y refugio de todos los animales de la pradera.
PROPUESTAS DE TRABAJO
1. ¿Por qué crees que el árbol no perdonaba nunca a nadie?
2. ¿Quiénes son los personajes a los que el árbol no perdona al principio del cuento? ¿Qué hacían estos personajes cuando se daban cuenta que habían molestado al árbol?
3. ¿Por qué crees que los animales deciden defender al árbol de los leñadores? ¿Tú que hubieras hecho en su lugar?
4. ¿Cómo reacciona el árbol ante esta ayuda inesperada? ¿De qué manera le cambia la vida al árbol?
5. ¿Qué quiere decir esta expresión: «Ojo por ojo y diente por diente»? ¿Estás de acuerdo con ella? ¿Por qué?
JUEGO DE LAS PREGUNTAS
No podemos pedir perdón a Dios padre si antes no somos capaces de perdonar de corazón al que nos ofende. Esto es algo que Jesús repite una y otra vez. Solo viviremos felices cuando estemos libres de rencores y resentimientos.
Formaréis equipos de tres personas. Cada Equipo deberá escribir tres preguntas muy concretas entresacadas de las citas siguientes y que tengan que ser respondidas con palabras exactas que allí ponen. Se escribirá la pregunta y la respuesta.
Cuando todos tengan hechas sus preguntas, se establecerá un turno de participación para los equipos. El primer equipo hará una de sus preguntas y los demás deberán buscar la respuesta exacta. El equipo que primero levante la mano y acierte la respuesta ganará cinco puntos. Cada equipo solo tendrá una oportunidad para contestar. Habrá un minuto de tiempo para buscar la respuesta. Si pasa el tiempo y nadie dice la respuesta exacta, el equipo que hizo la pregunta ganará los cinco puntos. Luego le tocará al siguiente equipo. Y así sucesivamente hasta completar dos rondas.
UN HADA DEL SIGLO XX
Camino de la escuela, Rosa encontró una viejecita que tenía hambre y, sin pensarlo más, le dio el almuerzo. De repente, la viejecita se convirtió en una hada joven, llena de círculos luminosos.
-“Por tu buena acción –dijo el hada-, puedes pedir el don que quieras y te lo concederé.”
Rosa se quedó boquiabierta.
-“¿Qué te pasa? –le preguntó el hada.”
-“No, nada. Estoy sorprendida, porque pensaba que todo esto eran historias.”
-“Anda –le dijo el hada- pide lo que quieras y vete corriendo al colegio.”
“Quiero una bolsa muy grande llena de...”
-“¡Rosa en momentos así se debe ser espiritual!.
-“Pues que tenga una varita mágica con el poder de la suya.”
El hada le dijo que la ambición era una mala consejera.
Rosa aprovechó la primera idea que se le pasó por la cabeza:
-“Pues que tenga facultades de alzar con la mirada cualquier objeto o peso”.
-El hada hizo un gesto de desaprobación con los labios, tocó a la niña con la varita y se esfumó. Rosa sintió como si le recorriera un escalofrío y, al ver que encontraba otra vez sola, respiró profundamente.
Se acordó de la hora de clase y comenzó a correr.
Luego se le ocurrió probar el poder que le habían dado. Había una gran piedra blanca al lado del camino; la miró, alzó la vista y la piedra se elevó, como si flotara en el aire.
-“¡Caramba! –exclamó Rosa. Después, bajó la mirada y la piedra cayó.”
En la escuela, la niña se divirtió más que nunca. Hacía volar las carteras y los pupitres y paseó a Silvia (Una alumna poco amiga suya) por todo el techo del aula. Silvia, con los ojos muy abiertos, se agarraba a la silla que le hacía de artificio aéreo.
-“¡Basta! ¿Quién hace todo esto?” – dijo la señorita.
-“Soy yo señorita –respondió Rosa, que era muy leal-. He dado el almuerzo a una vieja, que se ha convertido en hada y me ha concedido esta gracia.”
-“Es fantástico! –dijo la maestra-. ¿Ya lo saben en tu casa?”
-“¡No!”
-“Debemos decírselo enseguida.”
En casa, la madre estaba en la cocina y el abuelo arreglaba la jaula del canario. Los dos escucharon, de mala gana, el fogoso relato de la señorita.
En aquel momento, llegó el padre del trabajo y, hablando todos a la vez, le explicaron la aventura de la niña y el padre no acababa de entenderlo.
-“Por qué no la prueban?”- preguntó la profesora, que tenía ganas de lucirse con los méritos de su alumna.
Y aprovechando un momento de estupor general, ordenó:
-“¡Rosa alza el bufete!”
La niña contempló el mueble temblorosamente y éste se elevó vacilante, por la poca convicción de la mirada. Se rompieron las copas de una licorera y se oyó un enorme ruido.
El padre pensó que aquello parecía el reclamo de la fortuna. Se quiso asegurar de las condiciones de su hija y la niña tuvo que pasear la nevera por todo el piso, manteniéndola a dos palmos del suelo.
Durante la comida el padre se pasó todo el rato apuntando cosas en una hoja de papel, para sacar partido del hecho.
-“¡Ya lo tengo! –Gritó el cabeza de familia-. Se llamará “Grúa mágica Gombau”.”
-Debajo, como un subtítulo, le pondremos “Casa especializada en el traslado de pianos y cajas fuertes”. Nos haremos millonarios.”
El señor Gombau preguntó a su hija:
-“¿Y tú, que dices?.”
A Rosa, se le ocurrieron muchas cosas agradables, pero se había desengañado de la gente mayor y despistada.
-“Venga dí... explícate... No te quedes así... No seas tonta”- dijo la maestra.
Acorralada Rosa expresó en voz alta la primera cosa que se le ocurrió:
-“Me gustaría hacer volar a niños.”
-“Oh, ¡Qué bonito!” –dijo la señorita, aplaudiendo.
Y el padre se tocó la frente, meditó brevemente y dijo:
-“Sí, es un mensaje directo, fácil de interpretar. Una atracción... Contrataremos un espacio en un parque de atracciones.”
Dicho y hecho: alquiló el lugar, construyó unos vehículos
De madera y, con la ayuda de un taller valenciano, les dio formas de animales. Ya se sabe: un elefante, un cisne, un ciervo,... Los niños subían y Rosa sentada en un trono de yeso dorado, los hacía volar con una mirada. Una vuelta, 5 euros, dos vueltas 10 euros
Rosa se tenía que poner cada día un vestido largo y una diadema llena de lentejuelas, de manera que se puede decir que no era feliz.
Pero tenía mucho tiempo para pensar. Y meditando, meditando, mientras hacía volar a niños, se le ocurrió una cosa que podía ser la solución: cada vez que veía pasar una señora vieja la levantaba unos cuantos palmos del suelo y la dejaba un rato en el aire. Las señoras agitaban desesperadamente los brazos y ni tan solo podían gritar. Cuando veía que no pasaba nada, Rosa las volvía suavemente al suelo y las ancianas huían. Era un plan basado en la paciencia, cuestión de esperar.
Y los hechos premiaron la confianza, ya que un jueves por la tarde una de las señoras viejas, en cuanto la levantaron, se transformó en hada como antes. Muy enfadada, señaló a Rosa con la varita y dijo:
-“Por hacerme esto te tomo el poder que te había dado. Desde ahora, vuelves a ser una niña como las demás...”
-“¡Gracias a Dios!” –exclamó Rosa, arranándose la diadema. Bajó del trono de yeso y dio unos cuantos saludos amistosos a un chico contrariado porque el elefante ya no volaba. Pasó por la taquilla y vio al padre, sentado delante de la caja registradora.
-Papá –le dijo- siento decirte que vuelvo a ser como antes y que se han acabado los niños voladores. Pero estoy contenta, porque ya tenía bastante. “
Es curioso constatar cómo padres e hijos se llegan al corazón sin que caigan en grandes discusiones. El señor Gombau se dio cuenta de que de golpe sentía nostalgia por la antigua normalidad.
-“¡Uf! –Respondió-, yo también estaba harto.”
Cogió a su hija del brazo y se fueron los dos a casa, pensando cómo se lo dirían a la madre.
ACTIVIDADES
1. Dividir la clase en grupos de 4 ó 5 alumnos, cada grupo debe tener la copia del cuento, deben analizar las actitudes de los siguientes personajes:
Rosa, la protagonista
El hada moderna
La familia de Rosa
Madre
Padre
Abuelo
UN HADA DEL SIGLO XX
Camino de la escuela, Rosa encontró una viejecita que tenía hambre y, sin pensarlo más, le dio el almuerzo. De repente, la viejecita se convirtió en una hada joven, llena de círculos luminosos.
-“Por tu buena acción –dijo el hada-, puedes pedir el don que quieras y te lo concederé.”
Rosa se quedó boquiabierta.
-“¿Qué te pasa? –le preguntó el hada.”
-“No, nada. Estoy sorprendida, porque pensaba que todo esto eran historias.”
-“Anda –le dijo el hada- pide lo que quieras y vete corriendo al colegio.”
“Quiero una bolsa muy grande llena de...”
-“¡Rosa en momentos así se debe ser espiritual!.
-“Pues que tenga una varita mágica con el poder de la suya.”
El hada le dijo que la ambición era una mala consejera.
Rosa aprovechó la primera idea que se le pasó por la cabeza:
-“Pues que tenga facultades de alzar con la mirada cualquier objeto o peso”.
-El hada hizo un gesto de desaprobación con los labios, tocó a la niña con la varita y se esfumó. Rosa sintió como si le recorriera un escalofrío y, al ver que encontraba otra vez sola, respiró profundamente.
Se acordó de la hora de clase y comenzó a correr.
Luego se le ocurrió probar el poder que le habían dado. Había una gran piedra blanca al lado del camino; la miró, alzó la vista y la piedra se elevó, como si flotara en el aire.
-“¡Caramba! –exclamó Rosa. Después, bajó la mirada y la piedra cayó.”
En la escuela, la niña se divirtió más que nunca. Hacía volar las carteras y los pupitres y paseó a Silvia (Una alumna poco amiga suya) por todo el techo del aula. Silvia, con los ojos muy abiertos, se agarraba a la silla que le hacía de artificio aéreo.
-“¡Basta! ¿Quién hace todo esto?” – dijo la señorita.
-“Soy yo señorita –respondió Rosa, que era muy leal-. He dado el almuerzo a una vieja, que se ha convertido en hada y me ha concedido esta gracia.”
-“Es fantástico! –dijo la maestra-. ¿Ya lo saben en tu casa?”
-“¡No!”
-“Debemos decírselo enseguida.”
En casa, la madre estaba en la cocina y el abuelo arreglaba la jaula del canario. Los dos escucharon, de mala gana, el fogoso relato de la señorita.
En aquel momento, llegó el padre del trabajo y, hablando todos a la vez, le explicaron la aventura de la niña y el padre no acababa de entenderlo.
-“Por qué no la prueban?”- preguntó la profesora, que tenía ganas de lucirse con los méritos de su alumna.
Y aprovechando un momento de estupor general, ordenó:
-“¡Rosa alza el bufete!”
La niña contempló el mueble temblorosamente y éste se elevó vacilante, por la poca convicción de la mirada. Se rompieron las copas de una licorera y se oyó un enorme ruido.
El padre pensó que aquello parecía el reclamo de la fortuna. Se quiso asegurar de las condiciones de su hija y la niña tuvo que pasear la nevera por todo el piso, manteniéndola a dos palmos del suelo.
Durante la comida el padre se pasó todo el rato apuntando cosas en una hoja de papel, para sacar partido del hecho.
-“¡Ya lo tengo! –Gritó el cabeza de familia-. Se llamará “Grúa mágica Gombau”.”
-Debajo, como un subtítulo, le pondremos “Casa especializada en el traslado de pianos y cajas fuertes”. Nos haremos millonarios.”
El señor Gombau preguntó a su hija:
-“¿Y tú, que dices?.”
A Rosa, se le ocurrieron muchas cosas agradables, pero se había desengañado de la gente mayor y despistada.
-“Venga dí... explícate... No te quedes así... No seas tonta”- dijo la maestra.
Acorralada Rosa expresó en voz alta la primera cosa que se le ocurrió:
-“Me gustaría hacer volar a niños.”
-“Oh, ¡Qué bonito!” –dijo la señorita, aplaudiendo.
Y el padre se tocó la frente, meditó brevemente y dijo:
-“Sí, es un mensaje directo, fácil de interpretar. Una atracción... Contrataremos un espacio en un parque de atracciones.”
Dicho y hecho: alquiló el lugar, construyó unos vehículos
De madera y, con la ayuda de un taller valenciano, les dio formas de animales. Ya se sabe: un elefante, un cisne, un ciervo,... Los niños subían y Rosa sentada en un trono de yeso dorado, los hacía volar con una mirada. Una vuelta, 5 euros, dos vueltas 10 euros
Rosa se tenía que poner cada día un vestido largo y una diadema llena de lentejuelas, de manera que se puede decir que no era feliz.
Pero tenía mucho tiempo para pensar. Y meditando, meditando, mientras hacía volar a niños, se le ocurrió una cosa que podía ser la solución: cada vez que veía pasar una señora vieja la levantaba unos cuantos palmos del suelo y la dejaba un rato en el aire. Las señoras agitaban desesperadamente los brazos y ni tan solo podían gritar. Cuando veía que no pasaba nada, Rosa las volvía suavemente al suelo y las ancianas huían. Era un plan basado en la paciencia, cuestión de esperar.
Y los hechos premiaron la confianza, ya que un jueves por la tarde una de las señoras viejas, en cuanto la levantaron, se transformó en hada como antes. Muy enfadada, señaló a Rosa con la varita y dijo:
-“Por hacerme esto te tomo el poder que te había dado. Desde ahora, vuelves a ser una niña como las demás...”
-“¡Gracias a Dios!” –exclamó Rosa, arranándose la diadema. Bajó del trono de yeso y dio unos cuantos saludos amistosos a un chico contrariado porque el elefante ya no volaba. Pasó por la taquilla y vio al padre, sentado delante de la caja registradora.
-Papá –le dijo- siento decirte que vuelvo a ser como antes y que se han acabado los niños voladores. Pero estoy contenta, porque ya tenía bastante. “
Es curioso constatar cómo padres e hijos se llegan al corazón sin que caigan en grandes discusiones. El señor Gombau se dio cuenta de que de golpe sentía nostalgia por la antigua normalidad.
-“¡Uf! –Respondió-, yo también estaba harto.”
Cogió a su hija del brazo y se fueron los dos a casa, pensando cómo se lo dirían a la madre.
ACTIVIDADES
1. Dividir la clase en grupos de 4 ó 5 alumnos, cada grupo debe tener la copia del cuento, deben analizar las actitudes de los siguientes personajes:
Rosa, la protagonista
El hada moderna
La familia de Rosa
Madre
Padre
Abuelo
2. Un secretario/a tomará notas de las conclusiones y se hará una puesta en común con todos los grupos, comparando las actitudes de los personajes, Se acordará hacer 4 grupos y 4 representaciones.
Un grupo representará fielmente el cuento
Otro grupo hará una representación introduciendo un personaje nuevo.
Un tercer grupo lo representará cambiando la actitud de la protagonista.
El último grupo puede representar la historia, recreando un final bien distinto.
Lleva tiempo preparar estas representaciones y se deben realizar escalonadamente, y haciendo una crítica reflexión abierta al final de la actuación.
El tamaño de cada figura, la puedes sacar a partir de las proporciones que te muestra la ficha siguiente:
Puedes construirlo con cualquier material que sea fuerte, si te gusta puedes pintarlo.
Así las figuras te quedaran de la siguiente manera:
ACTIVIDADES CON EL TANGRAM:
1. Se divide el grupo clase en subgrupos de 8 personas como máximo. Cada grupo debe disponer de un Tangram.
2. O de otro puzle similar de manera que cada grupo posea el mismo puzle. Cada grupo intenta sin imagen, ni modelo, crear un personaje, un animal, una planta,... En un máximo de 30 minutos.
3. Después cada grupo presenta su creación. Tras 5 minutos de silencio en los que cada grupo presenta las posibilidades deben intentar componer un cuadro con las figuras de los puzles de todos los grupos y darles un nombre (tipo frase, sentencia, leyenda) para ello opinarán, recogerán iniciativas, las consensuarán y las llevarán a término.
Conviene que cada grupo nombre un portavoz y además un solo moderador para elaborar la composición final.
Un grupo representará fielmente el cuento
Otro grupo hará una representación introduciendo un personaje nuevo.
Un tercer grupo lo representará cambiando la actitud de la protagonista.
El último grupo puede representar la historia, recreando un final bien distinto.
Lleva tiempo preparar estas representaciones y se deben realizar escalonadamente, y haciendo una crítica reflexión abierta al final de la actuación.
¿Sabes que es un Tangram?
Es un puzle chino compuesto por 7 piezas diferentes con el que se forma un cuadrado. Partiendo de estas piezas se puede construir innumerables figuras.El tamaño de cada figura, la puedes sacar a partir de las proporciones que te muestra la ficha siguiente:
Puedes construirlo con cualquier material que sea fuerte, si te gusta puedes pintarlo.
Así las figuras te quedaran de la siguiente manera:
ACTIVIDADES CON EL TANGRAM:
1. Se divide el grupo clase en subgrupos de 8 personas como máximo. Cada grupo debe disponer de un Tangram.
2. O de otro puzle similar de manera que cada grupo posea el mismo puzle. Cada grupo intenta sin imagen, ni modelo, crear un personaje, un animal, una planta,... En un máximo de 30 minutos.
3. Después cada grupo presenta su creación. Tras 5 minutos de silencio en los que cada grupo presenta las posibilidades deben intentar componer un cuadro con las figuras de los puzles de todos los grupos y darles un nombre (tipo frase, sentencia, leyenda) para ello opinarán, recogerán iniciativas, las consensuarán y las llevarán a término.
Conviene que cada grupo nombre un portavoz y además un solo moderador para elaborar la composición final.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada